
Psicólogo Franz Rivera Mansilla
Es sabido que el éxito deportivo esta aderezado de esfuerzo, perseverancia, dedicación, preparación, inversión y otras muchas cosas más; pero si mencionamos el fracaso y la derrota, reconoceremos con énfasis los errores, dolores y pesares de la vivencia.
Un referente, sinónimo de éxito deportivo en el Perú, sin lugar a dudas es Luis Horna, un peruano próximo a cumplir 28 años de edad (14 de setiembre), el cual ha brindado alegrías y es símbolo de orgullo para un pueblo peruano con carencia y necesidad de triunfos y éxitos en todo el amplio sentido de la palabra.
Pero ¿Qué hay detrás de ese éxito alcanzado y merecido?, ¿Qué hace especial a Lucho Horna?, ¿Existen rendimientos impresionantes y otras veces deficientes?, ¿El deportista exitoso conoce de sinsabores?...
El deporte, generalmente está sujeto a tres tipos de resultados: El EMPATAR, hace que nazca un sutil conformismo, que dice: “¡por lo menos no perdí!”; el GANAR, impulsa que se asome la satisfacción plena:” ¡Gane y solo eso importa!”; y, mientras que el PERDER, empuja a un cuestionamiento provechoso: “¿Que paso, en que falle?…”
Los éxitos, muchas veces cubren y protegen aspectos positivos que solo se encuentran analizando lo negativo; es decir, que detrás de los éxitos aparece el rostro de la adversidad sujetada por la perseverancia, y que solamente es conocida por los protagonistas.
Es simple disfrutar y abandonarse en los brazos del triunfo y el éxito; es fácil saber que el éxito está compuesto de perseverancia, preparación, esfuerzo y demás; pero lo difícil es reconocer y aprender que todo éxito siempre esta precedido de adversidades y las mismas están abrazadas a desilusiones, falta de apoyo, incomprensión, derrotas que duelen, desgano, lesiones deportivas u otras que hacen más difícil el camino.
Toda adversidad encontrada antes de un triunfo o éxito, debiera fortalecernos, hacernos pensar y reflexionar; pero en el Perú la adversidad es sinónimo de claudicar en lo que queremos, sentirnos mal, darnos por vencido, y demás; sin embargo, todo ello desaparece cuando encontramos el éxito y pensamos: “todo, pero todo, valió la pena”
¿Tú crees que vale la pena superar adversidades para alcanzar tus objetivos?, ¿Piensas que el éxito y el triunfo se alcanzan fácilmente? Tú crees que después del triunfo no sigue nada, o antes del mismo no existe nada… Todo inicia y termina con el reto de siempre: Ser diferente.
Horna es un peruano más, pero lo hace exitoso el intentar ser un peruano diferente, un peruano único, y la pregunta es ¿Qué tipo de peruano quieres ser? Uno más entre muchos o uno diferente entre todos, porque primero tendrás que pensar diferente, luego actuar diferente y así lograrás ser diferente, ser exitoso, ser único. (SDP)