Antonio Hernández Mendo (mendo@uma.es) Universidad de Málaga (España)http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 46 - Marzo de 2002
¿POR QUÉ PSICOSOCIOLOGÍA DEL DEPORTE?
El
grupo, la sociedad han sido elementos importantes en el desarrollo del
ser humano. El hombre se ha asociado, desde el comienzo de los tiempos,
para convivir, para cazar, para protegerse. Podemos considerar que el
grupo y la sociedad son los estados naturales de interrelación del ser
humano. En el ámbito deportivo, incluso los deportes considerados
individuales por antonomasia (atletismo, ciclismo, gimnasia, natación,
ajedrez, tenis, etc.), tienen aspectos de indudable calado social. Así
por ejemplo en atletismo, además de considerar las prueba de mayor
carácter social como son los relevos -4x100 y 4x400- y las competiciones
nacionales e internacionales por equipos -ligas de primera división,
copa de federaciones, campeonatos de Europa por clubs, etc.-, debemos
considerar la naturaleza propia en el desarrollo de las mismas (esta
situación es similar para la natación y la gimnasia). En atletismo o
ciclismo, se producen conductas de marcado cariz social, p.e. dos
deportistas de equipos distintos colaboran para obtener un determinado
registro o alcanzar un determinado objetivo. En ajedrez, el equipo de
analistas juega un papel fundamental. En tenis, los partidos de dobles
-son una díada enfrentada a otra díada- pueden desempeñar una labor
fundamental. Junto a ésto, hay que reseñar
el impacto social del deporte,
que en general recae sobre los deportes de equipo (el fútbol, por
ejemplo, es uno de los deportes con mayor poder de convocatoria), tanto a
nivel de practicantes como de espectadores.

A partir de aquí podríamos hacernos la siguiente pregunta, ¿POR QUÉ SI EL ESTADO NATURAL DEL HOMBRE ES EL SOCIAL, EN LA PSICOLOGÍA APLICADA AL DEPORTE HA PRIMADO LA VISIÓN INDIVIDUAL? Existen varios factores que podrían dar forma a una respuesta.
EN PRIMER LUGAR, las investigaciones acerca de la Psicosociología del Deporte han sido, en general, escasas en muchos países.
Esto obedece a una razón histórica. Las naciones que más han promovido
la investigación científica en materia deportiva son aquellas que han
deseado afirmar su superioridad en los grandes encuentros
internacionales, como Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo.
El
éxito se mide, en general, por el número de medallas. En este terreno,
los deportes individuales resultan mucho más interesantes, ya que el
número de medallas otorgadas no es comparable a las concedidas en
deportes colectivos. En consecuencia, los responsables administrativos
dedican sus esfuerzos, con preferencia, a los deportes individuales. Si a
esto le unimos, quizás como alternativa a esta razón, que la mayoría de
las investigaciones deportivas se han llevado a cabo en países del Este
y es en éstos donde la Psicología Social está menos desarrollada que en
Norteamérica, podemos comprender el estado actual de las
investigaciones en Psicología Social del Deporte.
EN SEGUNDO LUGAR, el individualismo metodológico
reinante en la Psicología Social que es un exponente no solo de lo que
ocurría en otras Ciencias Sociales sino también de lo que ocurría en el
seno de la propia Ciencia, característica sobresaliente de la sociedad
capitalista occidental donde priman los valores individuales por encima de los sociales (Ibáñez, 1990).
EN TERCER LUGAR, la corta historia de la popularización del deporte como fenómeno social de masas.
Coincidimos con García Ferrando (1990), cuando señala los factores que
han influido en el desarrollo y evolución del deporte. Estos factores
son, de marcado carácter social frente a los anteriores, y son, el
desarrollo de nuevos materiales deportivos, el desarrollo de los mass
media, la teoría constitucional (antecesora de los reglamentos
deportivos) o las exposiciones internacionales (antecesoras de los
grandes encuentros deportivos).

De igual manera ha influido
la difusión de determinadas actitudes sociales
como la igualdad de oportunidades, la idea de salud pública, el
patriotismo y el nacionalismo, la enseñanza gratuita y obligatoria, el
ocio como política de progreso, etc. Todos estos elementos permiten
entender el auge de la visión social del deporte y que además permite
rechazar cualquier paralelismo simplista entre el deporte moderno y los
antiguos juegos griegos. Podemos considerar, pues, que el deporte
moderno se encuentra caracterizado por la continua renovación de las
normas y reglas de las federaciones internacionales, por la aparición de
nuevos deportes y por la búsqueda de nuevas formas de expresión
corporal.
Respondida esa primera pregunta, surge una segunda cuestión, de indudable valor, ¿QUÉ ES LA PSICOSOCIOLOGÍA DEL DEPORTE (PSD)? Y ¿EN QUÉ SE DIFERENCIA DE LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE (PD)?
Se hace evidente pues, que responder acerca de la naturaleza de algo o
dar una definición de un fenómeno es una cuestión, cuando menos, harto
complicada. Esto nos recuerda el cuento con que Mario Bunge (1969,
p.13-14) encabeza su clásico libro La investigación científica:
Los
cinco Sabios del Reino de *, de vuelta de una larga estancia en la
Republica de **, se estaban quietos y temerosos ante su soberana la
Reina: estaban informado a la Reina acerca de la Cosa Rara que existe en
aquella república.
-
"Dinos, o sabio Prótos, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?", preguntó la
Reina al sabio más anciano. "La Cosa Rara a la que llaman Ciencia, oh
Majestad, puede registrar y comprimir todos los hechos. En realidad, la
Ciencia es un enorme Registro." Así hablo Prótos. "¡Que le corten la
cabeza!", gritó la Reina roja de ira. "¿Cómo podemos creer que la Cosa
Rara es una máquina sin pensamiento, cuando hasta Nos tenemos ideas?".
-
Tras de lo cual se dirigió a Deúteros, el más viejo de los sabios que
quedaban. "Dinos, oh sabio Deúteros, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?".
"La Cosa Rara, Majestad, no es un registrador pasivo, sino un atareado
molino de información: absorbe toneladas de datos en bruto y los elabora
y presenta en orden. Mi decisión es que la Ciencia es un enorme
Calculador". Así hablo Deúteros. "¡Que le corten la cabeza!", gritó la
Reina verde de ira. "¿Cómo podemos creer que la Cosa Rara es un autómata
si hasta Nos tenemos caprichos y flaquezas?".

-
Tras de lo cual se dirigió a Trítos, el de media edad. "Dinos, o sabio
Trítos, ¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?”No hay tal Cosa Rara, Majestad.
La ciencia es un Juego esotérico. Los que lo juegan establecen sus
reglas, y las cambian de vez en cuando de un modo misterioso. Nadie
saben a qué juegan ni con que fin. Admitamos pues, que la Ciencia, como
el lenguaje, es un Juego." Así habló Trítos. "¡Qué le corten la
cabeza!", gritó la Reina amarilla de ira. "¿Cómo podemos creer que la
Cosa Rara no se toma las cosas en serio, cuando hasta Nos somos capaces
de hacerlo?"
- Tras de lo
cual se dirigió a Tétartos, sabio maduro. "Dinos, oh sabio Tétartos,
¿qué aspecto tiene la Cosa Rara?". "La Cosa Rara, oh Majestad, es un
hombre que medita y ayuna. Tiene visiones, intenta probar que son
erradas y no se enorgullece cuando no lo consigue. Yo creo que la
Ciencia -y reto a todos a que me refuten- es un Visionario Flagelante."
Así habló Tétartos. "¡Qué le corten la cabeza!" gritó la Reina roja de
ira. "Este informe es más sutil que los otros, pero ¿cómo podemos creer
que la Cosa Rara no se preocupa de justificación ni gratificación cuando
hasta Nos podemos hacerlo?"
Tras
de lo cual se dirigió a Pentós, el joven sabio. Pero Pentós, temiendo
por su vida, había huido ya. Huyó sin parar durante días y noches, hasta
que cruzó la frontera del Reino de * y llegó a mi oficina, en la que ha
estado trabajando desde entonces. Pentós ha terminado de escribir su
voluminoso Informe sobre la Cosa Rara, su Anatomía, su Fisiología y su
Comportamiento, que yo he traducido al inglés. Aún acosado por sus
dolorosos recuerdos de las rudas costumbres vigentes en el Reino de *,
Pentós desea permanecer en el anonimato. Teme acaso, con razón, que esta
exposición de la Cosa Rara será poco gustada, puesto que la gente
prefiere sencillos credos en blanco y negro en los que pueda creer con
certeza. La impresión de Pentós sobre la Cosa Rara es, en efecto, mucho
más complicada que los modelos de Registro, el Calculador, el Juego o el
Visionario Flagelante, aunque reconoce su deuda para con sus cuatro
desgraciados y difuntos colegas.
Desde
el simbolismo alegórico de este cuento, intentaremos dar una primera
respuesta a la cuestión planteada, espero que sin necesidad de que nos
corten la cabeza o tengamos que exiliarnos. Intentar definir el concepto
de la PSD, no es tarea fácil. Podemos afirmar que no existe una
definición unánime (considerando distinta la PSD y la PD) y mucho nos
tememos que ni siquiera existe tal definición, a lo sumo, está en
proceso de construcción. Esto es consecuencia de la novedad del enfoque
(hasta ahora ha prevalecido un enfoque individual) y de la gran
diversidad del campo.
Una
de las aproximaciones al concepto de PSD es la sugerida por Escartí
(2000) que afirma que la psicología social del deporte es en la
actualidad un área de la propia psicología social, cuyos principios
teóricos y metodológicos determinan el enfoque del problema que
estudiamos. Considerando esta afirmación y aún a riesgo de ser
aventurados, podríamos plantear una primera aproximación a este
concepto, considerar la PSICOSOCIOLOGIA DEL DEPORTE COMO EL ÁREA DE
LA PSICOLOGÍA SOCIAL QUE ESTUDIA, NO SOLO, EL COMPORTAMIENTO Y EL
PENSAMIENTO DE LOS INDIVIDUOS Y DE LOS GRUPOS EN LOS CONTEXTOS DE
EJERCICIO FÍSICO-DEPORTIVO DE RECREACIÓN Y DE LAS COMPETICIONES
DEPORTIVAS; SINO ADEMÁS LOS BENEFICIOS PSICOLÓGICOS ASOCIADOS A LA
PRÁCTICA DEPORTIVA. Este estudio abarca no solo el alto rendimiento,
esto es, la intervención con equipos y selecciones, también abarca la
intervención en programas de actividad física para la población.
Si
consideramos el deporte en general (incluyendo el ejercicio físico)
como un iceberg, la élite -el alto rendimiento- sería apenas la punta de
esa masa de hielo y el resto pertenecería a al inmensa mayoría de
ciudadanos que practican actividad deportiva de forma anónima, pues
bien, sobre ambas partes se situarían las posibilidades de intervención
de la Psicosociología del Deporte. Si LAS POSIBILIDADES DE INTERVENCIÓN VAN DESDE LA ÉLITE A LA POBLACIÓN EN GENERAL, toma presencia la necesidad de contestar a la segunda pregunta, acerca de la diferencia entre la PSD vs. PD.
-¿En
qué se parece un cuervo a un escritorio? "¡Bueno, al fin nos vamos a
divertir un poco!", pensó Alicia. "Me alegro de que nos pongamos a jugar
a las adivinanzas..." -Creo que ésa la sé -añadió en voz alta.
-¿Quieres decir que sabes la solución?- dijo la Liebre de Marzo.
-Exactamente -dijo Alicia. -Entonces debes decir lo que piensas
-prosiguió la Liebre de Marzo. -Lo hago -replicó Alicia
apresuradamente-; al menos... al menos pienso lo que digo... que es lo
mismo.
-¡Ni mucho menos!
-dijo el Sombrerero-. ¡Vamos, es como si dijeses que "veo lo que como"
es lo mismo que "como lo que veo"!. -¡Es como si dijeses! -añadió la
Liebre de Marzo- ¡que "me gusta lo que tengo" es lo mismo que "tengo lo
que me gusta"!. -¡Es como si dijeses! -añadió el Lirón, que pareció
hablar en sueños- ¡qué "respiro cuando duermo" es lo mismo que "duermo
cuando respiro"!
-Será lo
mismo para ti -dijo el Sombrerero; y aquí cesó la conversación, y el
grupo se quedó en silencio durante un minuto, mientras Alicia repasaba
todo lo que recordaba sobre cuervos y escritorios, lo cual no era
mucho...
No se trata de
responder a una adivinanza tan disparatada como en el caso de Alicia,
pero es importante establecer la diferencia. Autores como Tutko (1979)
consideran que la PSD es una parte de la PD. En esta misma línea Martens
(1979), en su trabajo About Smocks and Jocks (Sobre batas de
laboratorio y chandales), una de las principales ideas que propone es la
inclusión de nuevos modelos que incluyan aspectos sociales y
cognitivos. Consideramos con Escartí (2000) que la principal diferencia
estriba en los principios teóricos y metodológicos que determinan el
enfoque del problema.
En todo caso, y en un intento aventurado de poner orden, diríamos que -ateniéndonos al origen y naturaleza social del deporte- LA
PSICOLOGÍA DEL DEPORTE (PD) ES UNA PARTE DE LA PSICOSOCIOLOGÍA DEL
DEPORTE (o Psicología Social del Deporte- PSD) y que SE DIFERENCIAN EN
EL TIPO DE APROXIMACIÓN CONCEPTUAL QUE UTILIZAN (LA PD HACE UNA
APROXIMACIÓN DESDE LA PSICOLOGÍA DEL INDIVIDUO, LA PSD LO REALIZA DESDE
UNA PERSPECTIVA INDIVIDUAL Y SOCIAL) y en los principios teóricos y
metodológicos que utilizan.
Contestadas las anteriores preguntas, cabría preguntarse aún, ¿CUÁLES SON LOS INTERESES DE ESTUDIO DE LA PSICOSOCIOLOGÍA DEL DEPORTE O PSICOLOGÍA SOCIAL DEL DEPORTE (PSD)?.
En este aspecto tampoco hay unanimidad. Si revisamos los principales
manuales publicados en castellano y en inglés está falta de unanimidad
queda bien patente.
El
libro de Tutko y Richards (1971) con el titulo de Psicología del
entrenamiento deportivo, consta de doce capítulos de los cuales cuatro
abordan problemáticas psicosociales. El texto de Lawther (1972) con el
titulo de Psicología del deporte y del deportista, está compuesto por
nueve capítulos de los que únicamente dos abordan algún tipo de cuestión
psicosocial. En el manual de Cox (1985) titulado Sport Psychology, de
los once temas abordados, cuatro de ellos (desarrollados en la sección
quinta) aparecen bajo el rotulo de Psicología Social del Deporte. El
texto de Williams (1986) titulado Psicología Aplicada al Deporte, consta
de tres partes y veintidós capítulos de los cuales únicamente cuatro
abordan enfoques de carácter social.
El
libro de Carron (1988) titulado Group Dynamics in Sport consta de siete
partes y un total de diecinueve capítulos dedicados íntegramente a los
grupos deportivos. El libro de LeUnes y Nation (1989) titulado Sport
Psychology: an introduction está compuesto de cuatro partes y trece
capítulos. La segunda parte, bajo el titulo de Dimensiones
Sociopsicológicas, engloba tres capítulos; y la cuarta parte y última
bajo la denominación de una perspectiva amplia aborda cuatro temáticas
importantes (psicosociales). El manual de Bakker, Whiting y Van der Brug
(1990) titulado Psicología del Deporte. Conceptos y aplicaciones,
consta de siete capítulos de los que dos son de carácter eminentemente
social y otro más está cercano al ámbito social.
El
texto de Diego y Sagredo (1992) titulado Jugar con ventaja. Las claves
psicológicas del éxito deportivo, está compuesto por diez capítulos, de
los que cuatro abordan problemáticas de marcado cariz psicosocial. El
manual auspiciado por The International Society of Sport Psychology y
editado por Singer, Murphey y Tennant (1993) titulado Handbook of
Research on Sport Psychology, de las once secciones que consideran,
cinco pertenecen al ámbito de la PSD. El texto de Balaguer (1994)
titulado Entrenamiento Psicológico en el deporte consta de diez
capítulos de los cuales cuatro podemos considerar abordan la Psicología
del Deporte desde una óptica. El libro de Weinberg y Gould (1995)
titulado Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico,
está compuesto por veintisiete capítulos, doce de los cuales podríamos
considerarlos como pertenecientes a la Psicosociología del. En el manual
de Raalte y Brewer (1996), titulado Exploring Sport and Exercise
Psychology, compuesto de seis partes y veintiún capítulos, nos
encontramos con al menos ocho capítulos que podríamos considerar abordan
temática de carácter social.