
Aparenta no sufrir ningún tipo de presión, para él todo esto no es más que deporte, interesante y que le complace ganar. Parece no tomarse las cosas en serio; se muestra tranquilo, pasivo, ligeramente distante; no se pone nervioso fácilmente, maneja las cosas con calma. Les disgustan los programas y esquemas, prefiriendo actuar con libertad y según la circunstancia; da la impresión que todo lo tiene bajo control; otros lo perciben como vago y descuidado.
Las ventajas es que canaliza poca
presión para el equipo, creando una atmosfera relajada y tranquila, es difícil
que los deportistas se sientan sobrecargados de tensión. Las cosas son
fácilmente abordadas por el equipo, generando que el deportista busque consejo
en el entrenador y sea receptivo a los mismos. Además, se genera mayor
sensación de independencia del deportista con respecto al entrenador; piensa
que los deportistas producirán lo mejor, si la motivación sale de su propio
entusiasmo e iniciativa.
Las desventajas es que con frecuencia el
entrenador parece inadecuado, pues cuando algo falla, los deportistas son
capaces de echarle la culpa. A menudo se le ve como desinteresado por el
deporte; y ocurrirá con frecuencia que el equipo o el deportista no estén en su
máxima forma física a causa de la falta de trabajo duro. Además, al no estar
bien manejada la presión, se puede llegar al pánico bajo la misma; finalmente
es frecuente que se le considere como un “descuidado” y algunos deportistas
ciertamente perderán algo de “respeto” ante la figura del entrenador.
Mg.
Franz Rivera Mansilla
Psicólogo Deportivo