sábado, 10 de marzo de 2012

CARTA DE UN AFICIONADO PARA UN ESPECIALISTA EN PSICOLOGO DEPORTIVO

Respetable Psicólogo Franz Rivera Mansilla: Aprovecho el medio para felicitarlo por sus conceptos en Psicología deportiva, al mismo tiempo que me dirijo a usted para señalar algunos aspectos que como aficionado al futbol amateur y profesional llaman la atención, siendo parte de una realidad en lo que creo que usted llama dominio interdisciplinario.

Siguiendo el desempeño de los jóvenes de uno de los equipos que participaron en la reciente liguilla de cuarta y quinta división, me doy cuenta que existe en el terreno de juego la provocación verbal, como una arma que se utiliza para crear en el jugador contrario el error y la distracción mental, a base de ofensas que van desde palabras agresivas, discriminatorias, racistas, difamatorias y todas las que se les ocurre. Sumando las agresiones de sus padres y familiares que componen la porra.


Tal vez conociendo de fútbol, me dirá que es lo más común en este deporte y que depende de la capacidad mental del jugador que se engancha y cae en la trampa respondiendo con la agresión física, pero yo le preguntaría a usted como psicólogo, ¿Cual es su opinión al respecto, tratándose de jóvenes en formación?

Otra que deseo señalar, es la agresión física que se da de manera disimulada, en donde muchas de las veces pasa inadvertida por árbitro y abanderados ó se hacen de la vista gorda para no crearse mayores problemas.
Esta competencia desleal entre jóvenes alumnos de fútbol, en complicidad con dirigentes, técnicos, árbitros y padres de familia, ¿No es contraria a los fines de los principios deportivos?

Viniendo de Instituciones tan respetables, algunas representativas de la Educación, ¿no considera que se debería hacer algo al respecto?

En esta época tan difícil que vivimos actualmente, ¿No deberíamos de estar trabajando con nuestros hijos para evitar la violencia?

Le agradecería sus respuestas, que más que a mi persona, desearía que llegaran a los responsables involucrados en este tema.

Su servidor, César de la Garza