viernes, 6 de noviembre de 2015

REVOLUCIÓN DE IDEAS: SIN HOSPITAL, NI CAMPO DEPORTIVO


La polémica se instaló desde hace mucho. ¿Qué es primero, la salud o el deporte? Priorizar la salud a través de la construcción de un nuevo hospital o preservar un área verde destinada para el deporte como ingrediente en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Argumentemos perspectivas:

¿Para qué un nuevo hospital? si los que existen tienen problemas funcionales y estructurales. Los centros asistenciales estatales destinados a la salud a nivel del distrito de Mariano Melgar, incluido los de la provincia, tienen carencias en equipamiento logístico y tecnológico; infraestructura sin ser potencializada y modernizada; de igual manera sucede con el recurso humano que está mal remunerado y deficientemente capacitado; y que decir de los pocos profesionales especialistas que prefieren el ejercicio privado de su profesión. Un hospital es “sembrar cemento” y no es la única forma de atender los problemas de salud de una población; “no todo es fierro y cemento”.

No a un nuevo Hospital porque impera la improvisación y el hermetismo de gobernantes. Hay muchas preguntas y pocas respuestas en torno al tema, por ejemplo: ¿La inversión prevista está contemplada para la etapa de construcción y equipamiento (recurso humano y logístico)?, ¿Qué características puntuales tendría el nuevo hospital?, ¿Cuáles son las soluciones a inconvenientes que se crearán, como el tránsito vehicular en las vías angostas de la zona, desechos sanitarios con desagües y buzones cercanos que durante el año colapsan de forma espontánea o el acceso en temporada de lluvias que es intransitable para personas y vehículos?, ¿Cómo se resolverá el problema de inseguridad que impera en la zona?, etc.

Y finalmente, no a un nuevo hospital porque es importante apoyar y contribuir en la coherencia de promesas políticas que contribuyen a elección de autoridades; y así también, por una lejana esperanza hecha promesa política de trasladar un campo deportivo a un espacio militar donde existen variados intereses y situaciones que escapan de manejos cercanos y soluciones concretas en un corto plazo.

Si se desea un nuevo centro asistencial dedicado a la salud, una buena alternativa seria la inversión privada (clínica) que dudo le pueda convenir instalarse en la zona. Es claro que se necesita espacios de atención para enfermedades y emergencias médicas, pero también es necesario promocionar la salud y prevenir la enfermedad; y para ello, un simple campo deportivo, regado y resguardado no es suficiente.

¿Para qué un campo deportivo? Con espacios descuidados, deficientemente distribuidos y destinados preferentemente a la práctica del fútbol (como si no existieran otras disciplinas deportivas que atender y apoyar). Además hay que sumar la ausencia de seguridad traducida en delincuencia que merodea la zona, alcohólicos y beodos que rondan, violadores que sacan ventaja de los espacios de soledad y silencio; y que decir, de los eventuales jóvenes en autos, o sin ellos, que terminan sus bohemias noches alrededor del campo deportivo.

¿Para qué un campo deportivo? Si el uso que le dan es el mínimo, quizá microscópico porcentaje de la población, sin desmerecer y respetando a los habituales deportistas, héroes de mañanas y tardes, quienes se acomodan y se las arreglan como puedan para sacar ventaja a su actividad favorita. Existen algunas actividades deportivas y otras no tan deportivas, que culminan con fin de fiesta entre licor y peleas, con bochornosos espectáculos para niños y transeúntes. Agreguemos también los eventos deportivos de niños, jóvenes y “tíos queridos” que dan un ciclo de uso anual que aún siguen siendo insignificante, improductivo y mezquino para un campo deportivo que tendría que favorecer, directa e indirectamente, a miles de habitantes de la zona que viven alejados mentalmente del deporte.
¿Para qué un campo deportivo? Si las personas que intentan hacer deporte fuera de la hora de atención del campo deportivo; tendrán que estar resignados a trotar por fuera, expuesto al ataque de perros o algunos otros peligros. Tampoco negaremos que es una digna fuente de manejo económico o de labor que favorece al administrador de áreas deportivas de la municipalidad, vigilancia, dirigentes o  entrenadores de fútbol y algunos aficionados que emplean el campo deportivo con intereses económicos. Además cansa ver como se malgastan fondos económicos en las interminables reinauguraciones de reinauguraciones tradicionales de las gestiones municipales de turno ante el más mínimo cambio u aporte, para justificar obra ejecutada. Y aun así, nos aferramos a la tradición y a los sentimientos que genera un campo deportivo que ni siquiera puede llamarse estadio o loza polideportiva.
Tener un nuevo hospital o un centro médico, no garantiza que disminuyan las enfermedades o que las mismas sean bien atendidas, peor aún si enfatizamos que dichos espacios no contarían con implementación y personal suficiente; por otro lado, un campo deportivo tampoco garantiza prevenir la enfermedad y promocionar la salud o como muchos piensan alejar a los jóvenes de los vicios.

La propuesta es “Prevenir antes que lamentar” y para ello, hay que impulsar masivamente hábitos y estilos de vida saludables, sostenibles en tiempo, a través de actividad recreativas deportivas dirigidas a la población; liderados por una gestión municipal orientados a desarrollar proyectos y programas donde el deporte sea un instrumento de cambio social; la proyección de la salud mental social; motivados y orientados por especialistas y adultos conocedores (sean padres de familia, dirigentes deportivos, entrenadores u otros). Una sociedad saludable no es la que invierta más en atender la enfermedad, sino la que se enfoque en prevenir la misma; por ello, es importante la implementación y potencialización de los actuales servicios de salud en los centros asistenciales estatales de la zona y de la provincia con los presupuestos destinados al sector salud.

Considerando que las zonas aledañas y limítrofes al campo deportivo, poseen servicios públicos y básicos mínimamente aceptables (luz, agua, desagüe, alumbrado público, internet, centro médico u otros) y viviendo tiempos agitados de mucho estrés, depresión, ansiedad y violencia, se genera la necesidad de proyectar espacios de recreación y ocio saludable. De acuerdo a la ubicación del campo deportivo, en coherencia al cuidado de áreas verdes, en respeto al destino del espacio y pensado en el refrán “de mente sana en cuerpo sano” la idea es proteger el área del campo deportivo para uso en actividades socio-deportivas, potencializando y redistribuyendo el área, impulsando programas y proyectos sociales manejados por la misma gestión municipal (gestión directa) o inversión privada.

Al estar en contra de un nuevo hospital y en contra de un simple campo deportivo , todo encaja y se perfila para edificar e implementar un CENTRO RECREACIONAL MULTIDEPORTIVO “MARIANO MELGAR”, donde haya campos de pasto sintético, canchas sintética de entrenamiento para el básquet, vóley y paleta frontón que puedan ser usados organizada y permanentemente en mañanas, tarde y noches; considerando usos “donados” (sin pago) y alquilados por campo y luz artificial, así se favorecerá a la población interesada directamente en el deporte y seleccionados deportivos. Se generarán mayores empleos, revertirá la inversión realizada y mantenimiento de la obra (se auto financiará en muchos aspectos), se involucrara a diferentes sectores de la población.

Por otro lado, para uso familiar y totalmente gratuito se hace necesario un espacio de áreas verdes, donde los más pequeños puedan compartir juegos en contacto con la naturaleza; también se debe disponer un área para jóvenes aficionados a la acrobacia de las patinetas; asimismo se debe contemplar una pista de trote y acomodar una ciclovía (adecuadamente señalizadas e iluminadas); zonas que deben potencializarse en uso y provecho de la población. Es un proyecto ambicioso pero a la vez único en el distrito y con seguridad en la provincia, y será más ambicioso aún, si se aprovecha el espacio de la pista aledaña a la torrentera, para redistribuir áreas deportivas y generar espacio destinado a una construcción de tres niveles que se pueden cobijar deportes como las artes marciales (tatamis), tenis de mesa, gimnasio (que complementa cualquier actividad deportiva), auditorio y oficinas administrativas. El cauce de la torrentera puede ser techado para recuperar la vía vehicular o caso contrario dar paso a un estacionamiento.

Para el CENTRO RECREACIONAL MULTIDEPORTIVO “MARIANO MELGAR” se necesita una inversión sincera en el quehacer deportivo, dosis de empeño del gobierno municipal de turno (y las que vengan), capacidad de gerenciar, compromiso de gestión y objetivos claros de un plan de desarrollo socio-deportivo del Campo llamado “Revolución” y del distrito en general.

El primer paso será dejar orgullos, juntar voluntades, diseñar el proyecto y proyectar la edificación en etapas de los nuevos espacios socio-deportivos. Logremos que crezca exponencialmente el beneficio de la actividad deportiva como instrumento de cambio social si todos los entendidos e interesados suman capacidades.


Franz Rivera Mansilla
Psicólogo Deportivo

Usuario del Campo Deportivo “Revolución”