Carlos Neuhaus, expresidente de la Comisión Organizadora de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019, refería que: “por cada dólar que se invierte en deporte, se ahorra 3 dólares en salud y otros problemas sociales”, es decir, por cada S/. 3.6 invertidos se ahorra S/. 10.8 en diferentes sectores; así en España en 2019, el Concejo Superior de Deporte, según datos recopilados por Federación de Empresarios de Instalaciones Deportivas, refiere que por cada euro invertido en actividad física representa un ahorro de 2.9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico; es decir, que por cada S/. 4.4 invertido se ahorra S/. 12.8. En Hungría, el Estado destina el 2.5% del total de su presupuesto para deporte o en España el 0.9%, como en Luxemburgo se da 492 euros o Croacia 13.2 euros de inversión pública en deporte por habitante (Eurostar / Palco23) y en ¿el Perú?
La pandemia representa un enorme problema para la salud pública y en esa línea se hace indispensable implementar, renovar, edificar hospitales y repotenciar centros de atención primaria de la salud, que aborden la urgencia que implica cuidar la salud pública; sin embargo, el “circulo virtuoso” queda completo cuando se enfatiza y potencia los factores de prevención y protección de la salud, es decir, evitar y prevenir que la población enferme, impedir que las personas “lleguen” a un hospital, favoreciendo el estilo y calidad de vida.
Pareciera que “los hábitos y costumbres son más fuertes que los miedos a la enfermedad o la muerte”, enviándose mensajes en sentido contrario a la responsabilidad o autocuidado, haciéndose fuerte, quizá la ley del más fuerte, del más vivo, valiente o de la necesidad por encima de todo. Los deportes orientados al rendimiento o espectáculo se siguen “activando”, mientras el “deporte para todos” continúa con los campos deportivos y parques cerrados; pero debe saberse que “la calidad de vida es más importante que la vida misma” (A. Carrell).
Mg. Franz Rivera Mansilla
Psicólogo Deportivo
@franz.riveramansilla
