lunes, 14 de mayo de 2018

FIEBRE POR EL FÚTBOL, DRAMA DE MUNDIAL


Entre la polémica y las emociones encontradas de opinólogos y aficionados al fútbol por la lista final de convocados para el Mundial Rusia 2018, se suma la sanción inapelable de 14 meses al Capitán de la selección; Paolo Guerrero se quedaría fuera del mundial y dejaría un vacío emocional y enfatizaría las contradicciones en un país contradictorio.

Recordemos que inicialmente Paolo Guerrero fue sancionado con 12 meses fuera de las canchas, situación que fue un duro golpe emocional para la afición peruana, generando de primera impresión la incredulidad y rechazo a tan “injusta” sanción; pero igual el Perú clasificó al Mundial de fútbol con la emoción que emergió de la fuerza y la cohesión que generó su capitán en la interna del grupo; sentimiento de cohesión emocional que se trasladó y sintonizó a todo un país.

El segundo momento fue la apelación y reducción de la sanción de 12 a 6 meses, los cuales se cumplieron días atrás. En ese entonces, la sanción fue “inyectada” a los aficionados como la dosis de esperanza de tener al “guerrero” (Paolo) en el campo de juego para el Mundial.

El tercer momento, Paolo en afán de querer demostrar su completa inocencia y limpiar su honor, apela los 6 meses de sanción; el resultado, una sentencia inapelable de 14 meses fuera del fútbol. La primera reacción de los aficionados fue de confusión e incredulidad (un duro golpe emocional), donde se mezclan sentimientos de impotencia, indignación, desánimo, enojo, tristeza y demás. Simplemente ¿Qué pasa si se vive en confiada esperanza y ésta desaparece de pronto, golpeado por una dura realidad? la reacción es “dramatizar” la situación y no creer que sea posible la ausencia de Paolo en el Mundial o las negativas consecuencias que ello implica; pero los próximos días se asomarán más dudas y se incrementará la polémica y la opinión polarizada que descansaran en las inquietudes de ¿Por qué apelo?, ¿Quién deberá reemplazarlo?, pero habrá quienes quieran mirar con optimismo el futuro y minimizarán estratégicamente la ausencia de Paolo.

Sucesivos días, despejada la duda del aficionado de quien reemplazará a Paolo, los cuestionamientos y dudas se mantendrán, pero se asomara la idea y direccionarán las emociones de dedicar la presentación mundialista de Perú a Paolo, saldrán los argumentos en favor de la fortaleza de un grupo humano que logró la clasificación al Mundial (todos son importantes, pero nadie indispensable), se apoyará incondicionalmente la idea de “Todos Somos Perú”.

Se someterá y guardará un sentimiento sutil, muy escondido quedará, incluso no se comentará y menos aceptará, querrá olvidarse y ni siquiera mencionarse, pero será la marca de la ausencia, del vacío, de lo "injusto" que es la vida con el fútbol peruano, será un sutil temor, transformado en nerviosismo acrecentado de los aficionados de saber que “algo o alguien” falta.

El apoyo incondicional seguirá de lado de Paolo y la Selección Nacional, y de ser el caso, que fuera un éxito la presencia de Perú en el mundial, argumentarán que se lo dedicaron a él; e incluso si le fuera mal a Perú, se tendrá el argumento racional y emocional exacto para tranquilizar y procesar tan difícil momento, y será porque “Paolo se quedó sin mundial”.

Mg. Franz Rivera Mansilla