Es común resaltar la importancia del deporte y desde siempre se ha inculcado el concepto positivo que posee la actividad física, juego y el deporte en la vida; sin embargo, existe un “perfil oculto” de contradicciones y verdades a medias.
“El deporte es salud”, y sin duda lo es; pero la vigorexia (Complejo de Adonis) es la adicción al ejercicio, un desajuste mental en la cual la persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos, tienen una visión distorsionada de sí mismos, se ven pequeños y débiles, hay una ingesta exagerada de proteínas, carbohidratos y otros; realizan actividad física extrema, abandonan relaciones sociales y descuidan otros aspectos de su vida, para dedicarse solo a entrenar. El deporte es un espacio de juego y disfrute para niños (4 a 6 años); pero la ternura de verlos se trasmuta en estrés cuando los padres y entrenadores presionan para que gane y critican sino lo hacen, los jueces no suman en su rol pedagógico, las instituciones se enfocan en la “publicidad” que tendrán si logran ser campeones y los organizadores se centran en el factor económico. En ésta tierna edad se “siembra” el abandono y disgusto por la actividad física deportiva que en el futuro suele influir en un estilo de vida sedentario.
El juego y el deporte son necesarios en la calidad de vida; pero vivimos en un lugar donde la frase resonante y constante junto al deporte es un “no hay presupuesto” (políticos y empresas), donde muchas veces el decir dista del hacer, donde sectores dedicados a promocionar la salud resaltan y recomiendan la importancia del deporte, pero son renuentes a activar sobre el mismo. Decimos que apoyamos el deporte, pero cuando son requeridos, se disculpan y comprometen su apoyo a una próxima oportunidad, que casi nunca llega. Vivimos en un lugar donde la “cultura del juego y el deporte” es un aspecto social que está en vías de desarrollo, que tiene poca atención y escaso apoyo para desarrollarse ¿o no?
Mg. Franz Rivera Mansilla
Psicólogo Deportivo
@franz.riveramansilla
