El ESTRÉS es un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas que prepara al organismo para la acción como mecanismo de adaptación; y la vida SEDENTARIA es el comportamiento insuficiente en actividad física durante el tiempo de ocio, laboral y/o doméstico (OMS); una o ambas combinadas son “enfermedad no transmisible” y un problema de salud pública. En el Perú con un poco más de 15 meses de pandemia ¿Qué fue del estrés y el sedentarismo?
Iniciada la pandemia reinó las cuarentenas que incrementó el sedentarismo de la mano con el estrés, ansiedad, miedo e incertidumbre; luego de superada las cuarentenas rígidas se pasó a las flexibles, junto a la reactivación económica, el sedentarismo siguió dando el ritmo al estrés y ansiedad, con algo menos de temor e incertidumbre. En éstos tiempos de vacunas y mayor flexibilidad, el sedentarismo aún tiene más ritmo comparado al previo de la pandemia; y unido a la política nacional, una dosis de incertidumbre se inyectó al estrés. El estrés no siempre es malo, existiendo uno positivo que te predispone a la acción (eustrés) y otro negativo con ansiedad, miedo, irritabilidad, dificultad para concentrarse, pesimismo, preocupación por el futuro, más consumo de tabaco, alcohol; dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestares, fatiga, infecciones y otros; puede ser agudo, episódico y crónico (distrés).
La vida sedentaria es socia del ocio que se recrea en el descanso, alimentación o tecnología; y junto al estrés logran deteriorar la SALUD MENTAL; pero la actividad física y el deporte pueden ser un “salvavidas” junto a otras acciones, para alcanzar estilos de vida saludable. La mente y el cuerpo se justifican y cobijan en su espacio de confort, desinterés o autosuficiencia y sólo se cuestionan de cara a la enfermedad. La combinación de estrés y sedentarismo son peligrosos en éstos tiempos modernos y de pandemia, donde la enfermedad llega y el conflicto psicológico lo acompaña.
Mg. Franz Rivera Mansilla
Psicólogo Deportivo
@franz.riveramansilla